España, el reto de crecer al margen de la financiación bancaria
A día de hoy se repite hasta la saciedad, debido a los bajos tipos de interés, que los inversores necesitan buscar proyectos que les aporten una rentabilidad superior al precio del dinero que, en muchos casos, es 0 y, en otros, negativo.
La tendencia de crecimiento de la economía y su estabilidad hace que, con frecuencia, el dinero busque posicionarse en inversiones o vehículos que faciliten esas inversiones. Gracias a eso, y al margen de los instrumentos bancarios existentes, los mercados alternativos regulados a través de fondos de inversión, family offices e incluso organismos públicos, presentan herramientas que cubren todo tipo de necesidades: circulante, factoring, deuda financiera, socios financieros, socios industriales y arrendamientos financieros, entre otros.
Las entidades financieras están limitadas y, aunque presentan los mejores precios, no pueden acompañar el ritmo de crecimiento de una empresa, lo que al final se convierte en una mayor carga, dado que el no poder optimizar las capacidades u oportunidades supone un altísimo coste.
Las limitaciones de la CIRBE y el riesgo medido de las entidades financieras hacen que las compañías necesiten tener un mix de productos que les permita disponer de recursos financieros para su crecimiento. No hablemos ya de procesos de crecimiento inorgánico, fusiones o adquisiciones que se gestionan casi exclusivamente con herramientas que aportan los fondos o inversores cualificados.
Instrumentos a tener en cuenta
No obstante, contar con líneas de factoring que no computen en CIRBE, anticipo de cobros o subvenciones, así como la financiación para crecer en mercados nacionales o internacionales, es algo que las empresas tienen que gestionar si no quieren estar a expensas de las dificultados o ajustes bancarios que se avecinan y que, sin duda, les afectarán en sus planes de crecimiento.
De hecho, existe una relación directa entre el nivel de fortaleza de una economía y su uso de fuentes de financiación alternativas. En un artículo del año 2015, según datos del Banco de España, la dependencia que tienen las empresas del crédito bancario en Estados Unidos es del 12%. En Reino Unido, el impacto es mayor, ya que asciende a un 44%. En España, según datos de la Unión Europea, el 95% de la financiación de las empresas depende de los bancos. El camino está definido y las empresas deben prepararse para abordarlo de la forma más profesional.