Crowdfunding y crowdlending, ¿en qué se diferencian?
Las alternativas a la financiación bancaria crecen con tanta rapidez como los nombres que sirven para denominarlas. Sobre todo, son nombres anglosajones, algunos muy parecidos entre sí. Pero hay diferencias y matices que conviene tener en cuenta a la hora de analizar las posibilidades que toda pyme tiene a la hora de captar capital para sus proyectos.
Entre los conceptos más recurridos se encuentran crowdfunding y crowdlending. Ambas son dos fórmulas con un gran crecimiento entre los emprendedores y pymes en los últimos años. También en España han entrado con fuerza, pese a que aún queda mucho margen de aumento para equipararse al nivel de otros países europeos.
Es una vía que no incluye la intermediación de los bancos, dado que pone directamente en contacto a los inversores con los emprendedores y pymes. Una de sus características más singulares es que suele contar con la participación masiva de prestamistas o fondos de inversión que aportan pequeñas cantidades para una iniciativa de carácter innovador o financiación de pequeños importes para pymes.
Crowdlending. Préstamos de 5.000 a 250.000 euros
El crowdfunding se puede llevar a cabo de diferentes formas y, entre ellas, destaca cada vez más el crowdlending. Se trata de una red de inversores particulares que prestan dinero a todo tipo de proyectos, eso sí, a un tipo de interés determinado. Actualmente, esta vía ya mueve miles de millones de euros anuales que se canalizan a miles de pequeños negocios.
Un operador del que tenemos información, detalla una oferta financiera con importes que pueden ir desde los 5.000 hasta los 250.000 euros y se conceden para un plazo comprendido entre seis meses y cinco años.
Este tipo de financiación, se enmarca en el crowdfunding empresarial, que puede tener diferentes condiciones para las empresas, dependiendo de su rating, su solvencia y trayectoria. En la siguiente infografía se aprecian algunas de sus principales características.
La era digital, un factor clave
El auge del crowdlending en España se ha producido, en gran medida, debido a la caída del crédito bancario a las empresas, que sigue descendiendo a comienzos de 2016 y ya acumula una caída superior al 35% desde el momento álgido de la crisis en 2009.
En otros países de nuestro entorno las compañías no dependen tanto de la financiación bancaria como en España (en donde ronda el 80%), por lo que este tipo de fenómenos ya están más consolidados. La expansión de Internet y las nuevas tecnologías, así como el refuerzo de las comunidades digitales son también factores que explican la diversificación de los métodos de captación de recursos económicos.