El coste de la financiación para las empresas españolas se abarata un 45% pero…¿es suficiente?
Poco a poco, la situación del crédito en España se va encauzando, aunque sin hacer grandes alardes, no vaya a ser que la coyuntura se tuerza por diversos factores, tanto nacionales como internacionales. Con todo, los datos analizados por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y la Fundación BBVA muestran una importante mejora de la financiación bancaria en nuestro país.
Así, el coste del acceso al crédito por parte de las empresas españolas se ha reducido en un 45% desde su máximo registrado a finales de 2011, cuando se situó en el 3,95%. Hasta ahora, ha tenido lugar una senda descendente imparable, llevando ese coste al 2,18%. Solo en los últimos doces meses la financiación bancaria se ha abaratado un 18%.
La caída del tipo de interés de los préstamos a las compañías ha sido mayor en España, disminuyendo con intensidad la brecha existente respecto de las entidades financieras de la zona euro, que llegó a alcanzar un nivel máximo de 88 puntos básicos (pb) en noviembre de 2013 y que en mayo de 2016 ya había bajado hasta los 27 pb, es decir, la cuarta parte.
Estos datos confirman la recuperación del grifo del crédito a las empresas, que crece de forma constante e ininterrumpida desde octubre de 2013, si bien en los primeros cinco meses del año se produjo una ralentización que afecta a los distintos segmentos de empresas.
Diferencias entre pymes y grandes
De hecho, existen matices que conviene tener en cuenta para comprender la situación actual y predecir movimientos futuros. En el caso de las pequeñas y medianas empresas (pymes), que son las que representan el 65% del PIB español y el 66% de los puestos de trabajo, el incremento de la financiación se aminoró en los primeros cinco meses del año, al aumentar en un 5,8%, una tasa inferior al +13% del mismo periodo de 2015. Por su parte, la coyuntura de las grandes empresas (créditos superiores a un millón de euros) registra una fuerte caída (-28,9%) en el acceso a los préstamos de la banca hasta mayo, pero esta peculiaridad se debe a que han aprovechado el incentivo que supone la medida del Banco Central Europeo (BCE) para sustituir financiación bancaria por financiación directa mediante la emisión de bonos, tal y como señalan el IVIE y la Fundación BBVA en su informe.
El tamaño de las empresas es clave para determinar el coste del crédito, dado que las de mayor dimensión se benefician de menores tipos de interés. Aunque el diferencial entre pymes y grandes alcanzó los 288 puntos básicos en agosto de 2012, ahora se sitúa en 109 pb, menos de la mitad, y está en mejor situación que el diferencial europeo medio.
Vías alternativas para mejorar la competividad
No obstante, la brecha existente todavía entre empresas españolas y europeas es un obstáculo más en la mejora de competitividad de nuestro tejido productivo en el contexto de la eurozona, porque una financiación más cara sitúa en desventaja a las compañías que procuran una escalabilidad e internacionalización de su negocio. Con este panorama, no es suficiente el abaratamiento actual de los costes.
Por este motivo, en los últimos años se han intensificado las vías de financiación alternativa a la banca convencional, entre las que destacan los fondos de inversión, family offices, capital riesgo e incluso crowdlending, con tasas de crecimiento de dos dígitos. Pese a que queda recorrido para situarse en los niveles de los países europeos más avanzados en este tipo de fórmulas, la banca ya está haciendo frente a nuevos modelos de financiación, incluso enfrentando la creación de mercados nuevos, como el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), que ha aportado cientos de millones de euros a decenas de compañías y que tiene su modelo de referencia en el AIM británico o el Alternext francés. Y todo ello sin olvidar el auge de las fintech, que supone una seria amenaza a la que los bancos de toda la vida ya se están adaptando para sobrevivir.